domingo, 25 de febrero de 2018

Derechos y Soberanía

Imaginarme cómo sería vivir en una nación sin reglas, sin leyes, sin consecuencias. Mi mente, mis sentidos se transportan a una zona donde es inevitable no percibir penumbra, soledad, desilusión y un vacío abrumador. Tanto es capaz de recibir mis sentidos, que me limitan a ejercer autoridad en ellos y así evitar su avance. El avance al miedo.
Diríamos que el miedo es algo natural, y lo es. Pero, sabemos que no todos los momentos de miedos son tan restantes. Lo son aquellos donde ese sentimiento nos hace sumergir en algo tan profundo y tan frío que nos congela, nos paraliza, nos detiene, y allí todo se pierde.
En cambio, el miedo que genera el respeto, es distinto. Es un miedo que no es restante, tampoco frío, sino, que permite que analicemos mejor las cosas, recapitulamos las decisiones, buscamos los consejos, aprendemos de los errores, cambiamos y luego actuamos.
Cuando entendemos que como ciudadanos tenemos derechos, estos miedos no pueden ni deben vencernos.
Cuando comprendemos que los derechos otorgados y adquiridos a cada ciudadano le es viable y reconocido, no hay lugar para que el miedo habite en nuestros corazones, en nuestra mente.
Entonces, imaginarme vivir en una sociedad sin derechos fundamentales, sería vivir en esa penumbra.
Como ciudadanos debemos luchar siempre por nuestros derechos. Reclamarlos sin importar qué, sin importar cómo, sin importar que cueste.
Con ánimo, valor y coraje defender cada uno de nuestros derechos es lo propio de que cada ser humano, de cada ciudadano.

Comparo a la defensa de los derechos de cada ciudadano con la defensa a la soberanía de la nación. Porqué hago esta comparación, quizás para algunos algo atrevida, porque si tan sólo nos detenemos a pensar e imaginar como sería esa lucha y defensa por la soberanía, donde hombres y mujeres estarían dispuestos a dar su vida por ella, ver a multitudes reclamar que se respete la soberanía de la nación y todo lo que implica este tipo de discusión, pues de la misma manera, cada ciudadano, enfrentaría cualquier fuerza o persona que quiera violar tan sólo uno de los derechos fundamentales de esa persona.
Creo no equivocarme ni falto el respeto a nuestra majestuosa Soberanía, con esta comparación.
Lo que quiero dar a entender es que así como podemos defender nuestros derechos, de igual manera debemos defender nuestra Soberanía, cueste lo que cueste.

"Actuamos cuando el fuego está quemando, no cuando lo encienden".
J. Rodríguez

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